¿Quieres practicar esta disciplina milenaria pero no sabes por dónde empezar? Descubre los beneficios de cada tipo de yoga y cuál se adapta mejor a ti.

Aumentar la coordinación y flexibilidad, mejorar la calidad del sueño, liberar estrés, aprender a concentrarte, incrementar la resistencia y fuerza… En otras palabras, mejorar nuestra vida. Esto es lo que conseguimos cuando incorporamos el yoga en nuestra rutina. No suena mal, ¿verdad?

Esta disciplina milenaria busca la unión entre el cuerpo y la mente, y la armonía con el entorno que nos rodea a través de las asanas (posturas), la meditación y las técnicas de respiración. 

Millones de personas practican yoga alrededor del mundo, ganando cada vez más adeptos en nuestro país, pues se estima que alrededor de 100.000 personas en España son aficionadas a esta disciplina.

Si nunca has practicado yoga o lo abandonaste hace mucho tiempo porque creías que no era para ti, no te preocupes; hay un sinfín de modalidades de yoga para cada tipo de persona. Solo es cuestión de probar y encontrar la que mejor se adapte a nosotros.

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Los 5 tipos de yoga más practicados

1. Hatha yoga

De los distintos tipos de yoga que vamos a ver, el hatha yoga es el menos exigente a nivel físico. Es una práctica de posturas básicas realizadas a un ritmo lento. Gracias a esta forma de realizar el yoga, la persona que lo practica tiene el tiempo necesario para concentrarse en la respiración y sincronizarla con sus movimientos.

Además de las posturas físicas, en el hatha yoga también tiene una gran importancia las técnicas de respiración y la meditación, que nos ayuda a despejar y aclarar la mente.

Este tipo de yoga se practica a cualquier edad porque, como decimos, tiene un impacto físico muy bajo, y es el más recomendado para alguien que nunca lo haya practicado. Por ello, es el yoga más extendido alrededor del mundo y del que proceden el resto de variantes. 

2. Vinyasa yoga

Esta modalidad se encuentra dentro del yoga dinámico, aquel en el que se necesita un esfuerzo físico elevado. Se realiza una secuencia de asanas (que varían de una clase a otra), en la que la fluidez tiene un papel protagonista para pasar de una asana a otra. La secuencia se realiza a mayor velocidad que en el hatha yoga, por lo que permanecemos menos tiempo en cada postura.

Para practicarlo, se requiere tener cierto nivel físico, pues seguir el ritmo de este tipo de yoga puede costarnos un poco si somos principiantes, aunque cada persona puede ajustar las posturas a su nivel y, con el paso del tiempo, irá mejorando la técnica.

Es el yoga perfecto si buscas una actividad dinámica, que permita mover todo tu cuerpo a través de la coordinación, el equilibrio y la conciencia corporal.

Mujer practicando yoga

3. Bikram yoga

¡No apto para calurosos! Este tipo de yoga se practica en una sala con una temperatura de 40º y un 40-50% de humedad. Es por eso que esta disciplina también se conoce como «hot yoga» (yoga con calor).

El bikram yoga consiste en realizar una secuencia de 26 asanas, enfocadas a aumentar la flexibilidad y ejercitar el cuerpo al completo, y dos ejercicios de respiración, uno al principio de la clase y otro al final.

Lo suelen practicar las personas que desean quemar calorías y eliminar toxinas rápidamente. No es recomendable practicar durante mucho tiempo este tipo de yoga y hay que hidratarse mientras se realiza.

4. Ashtanga yoga

Es una modalidad del vinyasa yoga y se considera la más exigente a nivel físico, por lo que, para practicarlo, hay que tener una buena forma física. Es bueno haber realizado yoga con anterioridad y así tener más facilidad para llevarlo a la práctica.

Este tipo de yoga se trabaja a través de una secuencia fija, es decir, que no sufre cambios. Se memoriza la secuencia, aprendiendo las asanas y las transiciones de una a otra postura, y se repiten a lo largo del tiempo.

A través del ashtanga yoga se ejercita la fuerza, por lo que es una práctica perfecta para aumentar la tonificación de nuestros músculos, entrenar nuestra constancia y  descargar la energía acumulada. ¡Yoga antiestrés!

5. Kundalini yoga

Este tipo de yoga es el más espiritual de los que hemos visto. Cuando decimos que es espiritual, nos referimos a que este tipo de yoga busca mirar hacia el interior de la persona: observar nuestro estado de ánimo y sentimientos.

El kundalini yoga tiene su origen en la serpiente kundalini, que, según los yoguis (los practicantes de yoga), es la encargada de despertar la energía que hay en nuestro interior. Para conseguirlo, hay que tener una alta capacidad de concentración y hacer un gran esfuerzo mental.

Si lo que buscas es una actividad que no requiera demasiada actividad física y se centre más en la meditación y la conexión mental, esta modalidad está hecha a tu medida.

Hemos repasado los cinco tipos más conocidos de yoga, pero hay muchos más: iyengar yoga, sirvanando yoga, jivamutki yoga… ¡Hay todo un mundo para investigar! Si eres principiante, recuerda que el hatha yoga es para ti. Si quieres ir un paso más allá en el terreno físico y ponerte a prueba, apuesta por un yoga dinámico; y si prefieres centrarte en la meditación y la conexión con la mente, el yoga espiritual te está esperando.

Cuéntanos, ¿qué yoga te gustaría probar?

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