Hace unos años, celebridades como Jennifer Aniston o Paulina Rubio pusieron de moda tomar un vaso de agua con limón en ayunas. Se rumoreaba que, si seguíamos esta práctica de manera diaria, adelgazaríamos más rápido e, incluso, podríamos prevenir alguna congestión o resfriado. Ante estos beneficios, se acabó propagando la idea de que beber agua con limón era nuestro gran aliado para estar sanos.
Hoy en día son muchas las personas que siguen a rajatabla esta rutina mañanera, pero ¿es realmente tan beneficiosa como nos han hecho creer? Te sacamos de dudas.
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Empezamos resolviendo la pregunta del millón: no, el agua con limón, por sí misma, no nos ayudará a bajar de peso. Es cierto que si utilizamos el agua con limón como sustitutivo de, por ejemplo, un refresco azucarado, podremos adelgazar porque el refresco tiene más calorías, pero no por el agua con limón en sí.
Como hemos visto antes, del agua con limón se ha dicho de todo, pero solo algunas cosas (quizá menos llamativas) son verdad:
Ahora que hemos visto los beneficios de esta bebida, es hora de desmontar los mitos que circulan sobre ella:
Aunque, como hemos visto, el limón tiene grandes beneficios, un alimento por sí mismo no puede proporcionarnos salud; es el equilibrio de una dieta saludable el que va a conseguir que estemos sanos.
Por ello, podemos decir que beber agua con limón es beneficioso, pero no milagroso. Se puede añadir como complemento a una alimentación saludable, sin esperar que nos ayude a adelgazar o a mejorar nuestra salud por sí solo.
Además, si te preocupa el bienestar de tu dentadura, debes tener en cuenta que el ácido del limón puede dañar tu esmalte. A largo plazo, eso sí. Nada que una pajita no pueda solucionar.