Es recomendable que evitemos alimentos que nos provoquen digestiones lentas, como pueden ser las grasas o los embutidos. Estas comidas hacen que nos sintamos más pesados y, sumadas al agotamiento que produce el calor, van a incrementar nuestro malestar.
Las altas temperaturas provocan una mayor pérdida de líquidos en nuestro organismo debido, entre otras causas, al aumento de la sudoración. Esta pérdida de líquidos puede traducirse en mareos o golpes de calor. Para evitarlo, debemos hidratarnos con mucha frecuencia. Contar con una botella de agua cada vez que salimos de casa nos va a ayudar en esta tarea y, además, evitará la sensación de cansancio.
Además del agua, hay alimentos que también nos van a servir como fuentes de hidratación y nos aportarán multitud de nutrientes beneficiosos para la salud. En Enola queremos hacer un repaso de los mejores alimentos que nos van a ayudar a mantenernos hidratados, controlar nuestra temperatura corporal y facilitar la digestión. Echa un vistazo a tu nevera y ve apuntando lo que te falta. ¡Empezamos!
Podemos coronarla como la fruta estrella de la temporada. El 90% de su composición es agua, lo que la convierte en una de las fuentes de hidratación por excelencia. Es una fruta especialmente baja en calorías, por lo que evitará que nos sintamos pesados después de comerla.
También es rica en fibra y contiene un gran poder antioxidante, protegiendo a nuestras células frente al envejecimiento de la piel y el organismo. Estas sustancias antioxidantes son las causantes de su característico color rojo.
Gracias a su sabor dulce, la sandía es perfecta para consumirla en batidos, macedonias o como postre después de la comida. Deliciosamente refrescante.
El melón puede convertirse en nuestro fiel amigo durante el verano. Tiene un contenido en agua muy elevado (más del 80%) y, al igual que la sandía, presenta un aporte calórico bajo. Su alto contenido en celulosa, la sustancia que se encarga del tránsito intestinal, convierte al melón en un alimento perfecto para luchar contra el estreñimiento.
Esta fruta es perfecta para tomarla entre horas y está especialmente indicada para consumirla después de hacer deporte. El melón contiene electrolitos, unos minerales con carga eléctrica que se disuelven en agua. Entre los electrolitos del melón se encuentra el cloro, que ayuda a la regeneración muscular. Por lo que esta fruta no solo conseguirá hidratarnos después del ejercicio físico, recuperando nuestro nivel de líquidos y temperatura corporal, sino que también va a ser beneficiosa para nuestros músculos.
El primer gazpacho del año marca la entrada al verano. Esta sopa fría de origen andaluz es, sin duda, la opción perfecta para refrescar cenas calurosas. Además de hidratarnos, el gazpacho es un alimento saciante y rico en fibra, lo que ayuda a mejorar el tránsito intestinal.
Si queremos ponernos más morenos este verano, el gazpacho va a ayudarnos a conseguirlo. Gracias a los betacarotenos que contiene el tomate, nuestra piel estará más preparada para la exposición al sol y conseguiremos intensificar nuestro bronceado.
Innovar en las recetas tradicionales está a la orden del día. Podemos encontrar un sinfín de variedades del gazpacho tradicional, como los gazpachos de frutas: sandía, fresas, melocotón… Todas ellas son opciones perfectas para combatir las altas temperaturas.
Los helados son (casi) de obligado consumo en verano. Para no sentirnos culpables, lo mejor es que los preparemos nosotros mismos con ingredientes naturales. Uno de los más famosos es el helado casero de yogur.
El helado de yogur no solo nos mantiene frescos, también nos proporciona nutrientes tan necesarios como el calcio, que ayuda a mantener nuestros huesos y dientes fuertes. Además, el yogur con bífidus (las bacterias que se encuentran en los lácteos) favorece la digestión y evita el estreñimiento.
Puedes acompañar tu helado de yogur con los ingredientes que desees, pero nosotros te recomendamos que cortes pequeños trozos de fresas, kiwis y nueces; y, como remate final, que fundas un poco de chocolate negro del 80%. Se nos hace la boca agua, ¿y a ti?
Si estamos buscando una bebida que nos hidrate, nos refresque y, además, esté deliciosa, los granizados son nuestra salvación. Esta combinación de hielo picado y zumo de frutas es la pareja perfecta del verano. De todas las posibilidades, vamos a decantarnos por el granizado de naranja, por los beneficios que nos aporta esta fruta.
La naranja es rica en vitamina C, que refuerza nuestro sistema inmunológico, ayudando en la cicatrización de las heridas y, también, se encarga de la absorción del hierro. Por esta razón, es especialmente beneficiosa para las personas que tienen anemia.
Por cierto, no hace falta que nos bebamos el granizado en segundos para que no se oxiden las vitaminas. Estas permanecerán hasta 12 horas después de exprimir el zumo.
Si no eres un gran admirador de la naranja, siempre puedes optar por otro cítrico. El limón también es una opción perfecta para preparar un refrescante granizado.
Acabamos, quizás, con la bebida menos popular de la lista, a pesar de sus innumerables beneficios. El agua de coco es una bebida natural que puede tomarse como sustituto de refrescos azucarados.
No solo es una destacada fuente de hidratación, también mejora el funcionamiento de nuestros riñones, eliminando toxinas del organismo. Además, contiene magnesio y potasio que ayudan a combatir la acidez.
Puede que hayas oído que el agua de coco se utiliza como producto cosmético. Así es. Su uso está muy extendido para hidratar la piel y mejorar su circulación, aumentando la oxigenación de los tejidos. Podemos aplicarla directamente sobre nuestro rostro y cuello. Tras varios usos, notaremos cómo estas zonas se vuelven más luminosas, tersas e hidratadas.
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