Si notamos que lubricamos menos que antes durante las relaciones sexuales, incluso sentimos dolor, o, en general, tenemos un flujo más leve de lo habitual, puede que experimentemos sequedad vaginal.
La sequedad vaginal, además de la falta de lubricación, puede acarrear otros problemas como picores, irritaciones y sensación de quemazón, tanto en la zona interna como externa de la vagina.
Es una molestia que sufren una gran parte de las mujeres y que, en muchas ocasiones, no se le presta la atención necesaria. Veamos cuáles son las causas de la sequedad vaginal y cómo podemos combatirla.
La causa más común de tener sequedad vaginal a partir de los 50 años es la menopausia. En esta etapa vital de la vida de la mujer se produce el descenso de estrógenos, que hace que las paredes de la vagina se vuelvan más delgadas, menos elásticas y se produzca la sequedad vaginal.
Aunque, como decimos, la menopausia suele ser el factor principal, también puede producirse por tras causas, como el estrés y la ansiedad. Este tipo de trastornos puede producirnos alteraciones hormonales que expliquen la sequedad vaginal. Además, la ansiedad y el estrés pueden repercutir en el apetito sexual, lo que podría explicar también la falta de lubricación que notamos a la hora de mantener relaciones sexuales.
Los tratamientos médicos agresivos como la quimioterapia y la radioterapia también pueden desencadenar problemas de lubricación, ya que, al igual que la menopausia, reducen el nivel de estrógenos, debilitando las paredes vaginales.
Si tienes sequedad vaginal, debes acudir al especialista para que evalúe tu caso y pueda darte el mejor tratamiento acorde a tus necesidades.