Mantener una dieta equilibrada es importante a cualquier edad pero, a medida que vamos cumpliendo años, se convierte en una parte crucial para mantener nuestra salud y energía.
Entre los nutrientes esenciales sobre los que debes poner el foco, el hierro es, al igual que el calcio, uno de los minerales al que más atención debemos prestar a medida que cumplimos años.
La función principal del hierro es la formación de hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que transporta oxígeno desde los pulmones a todas las células del cuerpo. Sin suficiente hierro, nuestro organismo no puede producir suficiente hemoglobina, por lo que puede llevarnos a desarrollar la famosa anemia.
La anemia trae consigo cansancio, mareos y, en general, debilitamiento y descenso de nuestro bienestar y vitalidad.
Como te decíamos, el hierro es esencial para mantener una buena energía y vitalidad a medida que envejecemos. Además de prevenir la anemia, también es fundamental para la salud cognitiva y la función inmunológica.
Por eso, debemos hacer hincapié más que nunca en consumir las cantidades necesarias de este mineral. Uno de los procesos naturales que se da cuando envejecemos es la disminución de nuestra capacidad para absorber el hierro de los alimentos. Pero ¿a qué se debe esta mala absorción? Estos son algunos de los factores que pueden influir:
Para asegurarte de obtener suficiente hierro, es importante incluir fuentes ricas de este mineral en tu dieta. Algunos alimentos que puedes priorizar en tu dieta son las legumbres (el famoso hierro de las lentejas), los vegetales de hojas verdes, las carnes magras, el pescado y las nueces.
Además, es beneficioso combinar fuentes de hierro con alimentos ricos en vitamina C, pues mejora la absorción del hierro. La vitamina C la podemos encontrar en frutas cítricas como la naranja o el limón, y en pimientos rojos y verdes.