¿Quién no desea tener unas piernas fuertes y firmes? Aunque cualquiera querría hacer realidad este deseo, algunos factores como el sedentarismo, el sobrepeso o la retención de líquidos hacen que nuestras piernas se vuelvan flácidas y pesadas.
Para recuperar la firmeza que caracterizaba a nuestras piernas, es necesario que eliminemos la acumulación de la grasa y desarrollemos músculo.Si fortalecemos nuestra musculatura a través del ejercicio físico, conseguiremos que, al mismo tiempo, las reservas de grasa que se han acumulado en nuestras piernas (sobre todo en la cara interna de los muslos) vayan quemándose y desapareciendo.
En Enola, vamos a ayudarte a cumplir este objetivo para que puedas presumir de piernas este verano. ¡Empezamos!
Como no podía ser de otra manera, vamos a empezar nuestro entrenamiento con las sentadillas, el ejercicio estrella para tonificar nuestras piernas. Aunque hemos añadido un pequeño cambio: vamos a realizarla con los talones elevados, es decir, de puntillas.
Gracias a ello, aumentaremos la intensidad del ejercicio, ya que al estar de puntillas, nuestras piernas son menos estables y tenemos que hacer más fuerza para mantener el equilibrio.
Las zancadas o lunges son, junto a las sentadillas, uno de los ejercicios más conocidos para fortalecer nuestros muslos, gemelos y glúteos. Su técnica es sencilla y sus resultados son de sobra conocidos por quienes lo practican con frecuencia.
Nos colocamos de pie sobre la colchoneta o el suelo y damos un paso amplio hacia delante. Ahora, doblamos ambas rodillas, formando un ángulo de 90º y evitamos arquear la espalda. Nuestro tronco debe permanecer recto para evitar que nos hagamos daño en las lumbares. Antes de volver a la posición de inicio, vamos a hacer un pequeño rebote, para potenciar el trabajo que están haciendo nuestras piernas.
¡Que no te asuste el nombre! Te explicamos en qué consiste este ejercicio.
Seguimos de pie sobre la colchoneta y llevamos nuestra pierna atrás, con un paso amplio, apoyando la rodilla de esta pierna en el suelo. A continuación, vamos a elevar esta pierna, hasta que el muslo esté a la misma altura que la cadera (como puedes ver en la imagen). Repetimos este ejercicio diez veces con la pierna derecha y, después, otras diez veces con la izquierda. ¡Bendita simetría!
¿Creías que las sentadillas habían acabado con el primer ejercicio? ¡Nada de eso! Esta vez vamos a hacer unas sentadillas laterales con las que tonificaremos, sobre todo, la cara interna de los muslos.
Lo más importante de este ejercicio es que, cuando llevemos nuestro peso a un lado, mantengamos la espalda recta y bajemos el glúteo todo lo posible, sin levantar los talones del suelo, para que nuestro trabajo sea más intenso. Así, tendremos mejores resultados.
Acabamos nuestro entrenamiento de hoy en el suelo. Nos colocamos en posición de mesa, con las palmas de las manos y las rodillas apoyadas en el suelo. Estiramos la pierna hacia un lado y levantamos el pie del suelo. Si nos cuesta mucho, podemos elevar la pierna con la rodilla flexionada. Una vez que hemos hecho las diez repeticiones con una pierna, es el turno de hacer lo mismo con la otra. ¡Ánimo, que ya queda poco!
Recuerda que la constancia es la clave del éxito. No servirá de nada que hagamos estos ejercicios solo una vez y nos olvidemos de ellos. Debemos incorporarlos a nuestra rutina y, más adelante, ir aumentando la intensidad (haciendo más repeticiones) y variando los ejercicios. Así evitaremos que nuestro cuerpo se acostumbre a ellos y cada vez nos sea más fácil realizarlos.
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