La lista de objetivos pendientes es inagotable: quieres fortalecer el cuerpo, mejorar la salud de tus articulaciones, liberar estrés y desconectar… Y así hasta un largo etcétera. Seguro que, con esto rondando en tu cabeza, te han venido a la mente disciplinas como el yoga y el pilates.
Para que salgas de dudas, hoy exploramos las diferencias entre el pilates y el yoga y te ayudamos descubrir cuál es la mejor opción para ti. ¡Empezamos!
Lo primero que hay que aclarar es que no hay una disciplina mejor que otra, ¡y tampoco tenemos por qué elegir una de las dos! Son dos metodologías diferentes de entrenamiento y podemos compaginarlas. Eso sí, dependiendo de nuestro objetivo o estado de salud, una se acoplará mejor a lo que buscamos que la otra. Entremos en materia.
El pilates se enfoca en fortalecer los músculos del centro del cuerpo, también conocidos como los músculos abdominales y los de la espalda baja. La técnica principal del pilates es el control del movimiento, con el objetivo de lograr una alineación correcta del cuerpo y una postura adecuada.
Además, es muy común que una persona que haya sufrido alguna lesión se encuentre practicando pilates como terapia de rehabilitación física.
Por otro lado, el yoga se centra en la conexión mente-cuerpo a través de la respiración, la meditación y la postura. La técnica principal del yoga es el enfoque en la respiración profunda y la concentración, con el objetivo de mejorar la flexibilidad, la fuerza y la relajación.
Aunque hay muchos estilos de yoga, desde el más suave, como el hatha yoga, hasta el más desafiante, como el vinyasa yoga, si eres principiante lo mejor es que empieces por practicar posturas sencillas y pausadas, tomándote tu tiempo en cada una de ellas y en la transición de una a otra.
Ya te hemos dicho que la mejor opción sería combinar ambas disciplinas por todos los beneficios que nos aportan pero, si solo tienes tiempo (o ganas) para una, te ayudamos a elegir.
Deberías practicar pilates si estás buscando…
Deberías practicar yoga si quieres…
Lo primero que te recomendamos antes de iniciar cualquier programa de ejercicio es que consultes a tu médico si se adecúa a tu estado de salud y condición física, para estar 100% seguro de que puedes practicarlo.
Una vez que tu médico (y fisioterapeuta, en el caso de que acudas a alguno con frecuencia), hayan dado su visto bueno, es hora de embarcarte en estas disciplinas que, te recordamos que no son excluyentes y que tampoco reemplazan a los ejercicios de fuerza que debes hacer como parte de tu rutina diaria de entrenamiento.
Ten siempre presente que Roma no se construyó en un día y que no puedes esperar que, con una sola clase de pilates o yoga, veas resultados. La práctica de estas disciplinas es de largo recorrido y debes adecuarlas a tu propio ritmo y nivel.