El yoga son todo beneficios, te lo hemos dicho más de una vez, y hoy queremos destacar uno que, estamos convencidos, te va a venir de perlas: su capacidad para aliviar las tensiones de la espalda y, a su vez, fortalecerla.
Así que, ponte ropa cómoda y ficha estas 5 posturas de yoga (asanas) que puedes realizar todos los días y que van a ocupar un papel protagonista en la estrategia para mejorar la salud de tu espalda.
Antes de empezar, debes tener algo en cuenta: durante la práctica de yoga, es esencial escuchar a tu cuerpo y adaptar cada postura a tu nivel de comodidad y habilidad. El yoga debe acomodarse a ti, no tú a él. Poco a poco, con la práctica continuada, notarás cómo tu cuerpo va ganando flexibilidad y destreza, y podrás alcanzar posturas que ni siquiera imaginabas. ¡Adelante!
Ideal para movilizar la columna, esta postura alterna dos movimientos: primero, redondear la espalda (gato) y, después, arquearla (vaca). Notarás cómo se alivia la tensión que tu espalda lleva acumulando demasiado tiempo.
Recuerda apretar el ombligo cuando estés en la posición de gato y mantener las piernas flexionadas a 90º.
Es difícil no quedarse dormido con esta postura. Perfecta para descansar y estirar la espalda baja. Al inclinarte hacia adelante con los brazos extendidos, sentirás cómo se libera la presión de la columna vertebral.
Para que te sea más fácil llevarla a cabo, fíjate en la imagen: abre las rodillas y la cadera, no las mantengas paralelas al tronco, sino ligeramente inclinadas a los lados.
Esta asana se centra en la apertura del pecho y el fortalecimiento de la espalda. Practicar la postura de la cobra de forma regular contribuye a mejorar nuestra postura, ya que extiende la columna vertebral al completo.
También puede ser efectiva para aliviar molestias o dolores de la zona lumbar. ¡De diez!
Seguro que has visto esta asana representada mil veces, pues es una de las posturas más famosas y resulta fundamental en el yoga. Se considera parte de los ejercicios que ejercitan el cuerpo de manera integral, estirando tanto la columna vertebral, como las piernas, los brazos y los hombros.
No creas que para llevar a cabo esta postura debes formar un triángulo perfecto, puedes doblar las rodillas si no eres capaz de apoyar las plantas de los pies en el suelo. Eso sí, no se te ocurra doblar la espalda, esta debe permanecer siempre recta para evitar hacerte daño.
Al igual que la postura del niño, la del bebé feliz remite al descanso, y ayuda a relajar la parte inferior del cuerpo, desde la espalda baja hasta las piernas.
¿Quieres probarla? Solo tienes que agarrar los dedos gordos del pie con las manos y balancearte suavemente de derecha a izquierda, notando cómo tus lumbares se van aliviando. ¡Todo un placer!